domingo, 4 de noviembre de 2012

¿Un elefante que habla coreano?


Un elefante asiático llamado Koshnik puede imitar el discurso humano pronunciando palabras en coreano e imitando las vocales con gran precisión. Esto a causado una enorme extrañeza entre los científicos.
Esta impresionante habilidad es posible gracias a que el paquidermo ha aprendido a vocalizar las palabras situando su trompa dentro de la boca.
Sorprendentemente este animal es capaz de imitar incluso el tono de voz de sus entrenadores teniendo en cuenta que el discurso humano tiene principalmente dos aspectos: tono y timbre.
Esto es realmente extraño teniendo en cuenta las diferencias de tamaño y de tracto vocal (constituido por la cavidad oral, nasal, la faringe y la laringe) entre el elefante y los humanos.
Para imitar los sonidos el elefante se basa en el uso de la trompa, es algo que nunca se ha observado en ningún otro ejemplar de paquidermo asiático salvaje.
El elefante sitúa la trompa dentro de su boca para modular el tracto vocal, cuya configuración actúa como filtro acústico de los sonidos producidos en la laringe, método de producción de sonidos vocálicos nunca visto hasta ahora.
Lo más destacable es la presencia de un labio superior unido a la nariz, lo que da forma a la trompa, lo cual hace imposible que redondeen el labio (imposible para pronunciar fonemas).
A diferencia de sus parientes, este elefante imita sonidos a lo largo del año y no solo durante la etapa de apareamiento, lo cual podría explicarse por la experiencia juvenil del animal que estuvo solo, durante cinco años en un zoo de Corea del Sur y tuvo contacto exclusivamente con personas.


El experimento.
Tras escuchar las grabaciones de los sonidos del paquidermo los nativos coreanos escribían lo que entendían, los cuales estuvieron de acuerdo sobre el significado general de lo que acababan de escuchar. Distinguieron cinco palabras coreanas: hola, siéntate, no, túmbate y bien.
A pesar de considerarse un gran descubrimiento los científicos hacen hincapié en que esto no significa que el animal sepa lo que está diciendo ni que realmente quiera decir eso.

Hasta el momento solo existían algunos ejemplos convincentes de la emisión de discursos en mamíferos no humanos, como el caso de Hoover, una foca de la especie Phoca vitulina, rescatada por un pescador, que imitaba frases simples en inglés.



Algunos paquidermos de África han llegado a copiar los sonidos de los motores de los camiones, mientras un elefante asiático de un zoológico de Afganistán era capaz de imitar sonidos en ruso y kazajo, aunque este caso no se ha investigado científicamente.

Belén Troyano Gallegos.

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