Tras la oposición
de la ONG, debido a su falta de experiencia, Quique estudió
duramente para el MIR. Debido a su inmensa obsesión por irse a
trabajar a África, Quique propuso que a cambio de vivir cuatro meses
en Mozambique el cubriría todas las guardias del hospital de esos
meses por adelantado. Casi todo el mundo pensaba que no sería capaz
de hacerlo, pero lo hizo. Pasó una tercera parte del año ligando
jornadas de 36 horas y así se convirtió en el primer médico del
hospital que trabajó como residente en el extranjero.
Catorce años más
tarde, Quique ha sido considerado como uno de los 10 jóvenes más
sobresalientes del mundo en el terreno de la innovación médica.
La Joven Cámara
Internacional, una organización asociada con la ONU, le ha premiado
por su extraordinario trabajo en pediatría y en investigación
médica en países en vías de desarrollo.
Hace pocos días
voló a Oriente, a Taiwan, para recoger su premio. Ha decidido que va
a volver a Papúa Nueva Guinea, donde a principios de años demostró
con poco dinero que un tratamiento antibiótico por vía oral es
igual de efectivo que el habitual de inyecciones de penicilina para
erradicar el pian, una enfermedad tropical infecciosa que produce
malformaciones en piel y huesos.
Además de por sus
estudios en India, Brasil o Marruecos, el equipo del que forma parte
Bassat es conocido por el desarrollo de la que podría ser la primera
vacuna contra la malaria. Aunque si así fuera, todavía queda mucho
camino por recorrer. Bassat declara:”Por muy barato que sea, no
puedes pedirle a un país con un presupuesto sanitario anual de cinco
dólares por persona que invierta en un fármaco nuevo y desconocido.
Por eso la cooperación al desarrollo en nuestra gran aliada”.
Belén Troyano Gallegos.
Qué motivación tiene ese Bassat !
ResponderEliminarMuy solidario, es cierto. Afortunadamente, muchos jóvenes españoles están haciendo labores de una generosidad impresionante por todo el mundo. Este es un buen ejemplo.
EliminarRR