domingo, 10 de marzo de 2013

Un Ministro del siglo XXI contra natura.

Creo que ya es hora de que nos vayamos dando cuenta de que la naturaleza es mucho más sabia de lo que nos podemos imaginar y que en el amor no hay reglas. Que lo único importante en una pareja es que se quieran y se respeten. El amor está en los seres vivos (incluidas las personas) independientemente del sexo que tengan. Lo que los humanos estamos intentado normalizar, como la homosexualidad, es en otros animales algo tan natural como la heterosexualidad.

Me llama la atención que un Ministro de Interior de nuestro país, Jorge Fernández Díaz, en el siglo XXI esté en contra de asignar los mismo derecho al matrimonio gay, porque "no garantíza la pervivencia de la especie". Y esto lo dice en el Vaticano donde todos los miembros de la Iglesia Católica están obligados a cumplir el celibato, cosa que tampoco garantiza la pervivencia de la especie. 

En el siguiente vídeo se demuestra que la unión de individuos del mismo sexo garantiza la perviviencia de la especie. 


A partir de este vídeo deberíamos empezar a reflexionar sobre la necesidad de que parejas del mismo sexo pueda adoptar con más facilidad, de este modo, niños que mueren cada segundo en países de África por ejemplo, tendrían garantizada su "supervivencia". Lo que supondría una manera más de contribuir a la pervivencia de la especie.

Y si miramos un poco más cerca y nos fijamos en una especia no tan distinta a nosotros nos damos cuentas de que los simios tienen practicas homosexuales. Esto nos da a entender que es posible que nuestros ancestros practicasen la homosexualidad.

En los albatros de Laysan, el 31% de las parejas están compuestas por dos hembras. En el ganso común, aproximadamente el 20%. Los ciervos  o elefantes del mismo sexo se montan y los delfines macho se acarician. Lo mismo sucede en algunos insectos, jirafas, orcas, búfalos, cabras y un largo etcétera.

Parece mentira que los animales, aparentemente sin capacidad de razocinio, hayan hecho de esto algo tan natural y en cambio, la sociedad humana haya hecho de ello una gran polémica provocando sufrimientos innecesarios. Debemos tener en cuenta que solo hace 20 años que la Asociación Americana de Psicología publicó una declaración en la cual dejaba de considerar la homosexualidad como un desorden metal, enfermedad o depravación moral y empezó a considerarla una manera en la que parte de la población expresa su amor y sexualidad.

Si desde un principio hubiésemos observado a las demás especie que conviven con nosotros y no las hubiéramos tratado como seres inferiores ahora estaríamos a sus misma altura en temas tan naturales.

Fuente: periódico digital elmundo.es Blog de Pablo Herreros "Yo, Mono"

Belén Troyano Gallegos.

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