domingo, 18 de noviembre de 2012

Lluvia de estrellas Leónidas.

Este viernes hemos podido ser testigos de un espectacular fenómeno que alcanzó su máxima actividad en la madrugada del sábado. Cerca de 200 meteoros por hora atravesaron el cielo, aunque fue imposible ver este número de meteoros, ya que la mayoría de ellos se perdieron en la alta atmósfera y no se podían ver a simple vista.

Para todos aquellos que no hayan podido disfrutar de este magnifico acontecimiento, alrededor de las 7 de la mañana del 20 de noviembre se producirá de nuevo.

Las lluvias de estrellas fugaces son en realidad pequeños fragmentos de cuerpos estelares que proceden la gran mayoría de los cometas. Se conocen más de 140 a lo largo del año.

Los cometas, que son cuerpos celestes constituidos por hielo y roca que orbitan alrededor del Sol, no tienen una medida exacta sino que van desde pocos cientos de metros de diámetro hasta varias decenas de kilómetros. Estos cometas desprenden pequeños trozos de hielo y roca de su superficie, cuando se aproximan al Sol e incluso cuando sobrepasan la órbita de Júpiter y se dirigen hacia el Sistema Solar interior.
El hielo de la superficie se evapora y provoca reacciones y transformaciones en el cometa, estos pueden llegar a fragmentarse por completo y así desaparecer con el tiempo.
Todas estas partículas quedan flotando en el espacio describiendo una órbita que coincide con la realizada por el cometa. Si la Tierra en su órbita alrededor del Sol atraviesa la descrita por las partículas comienza la lluvia de estrellas.

Lo curioso de la lluvia de estrellas Leónidas es que los restos que deja el cometa Tempel-Tuttle no están distribuidos en la órbita de forma uniforme,  ya que no todos los años podemos contar con el mismo número de estrellas fugaces por hora. 


Hay años en los que la Tierra el 17 de noviembre al atravesar los restos desprendidos por el cometa se encuentra con partículas mayores y se presentan en un número muy elevado, a esta gran lluvia de estrellas se le llama tormentas meteóricas.

Es un maravilloso fenómeno que espero que hayáis podido ver y sino recordar, todavía podéis observarlo el 20 de noviembre a las 7 de la mañana.


Belén Troyano Gallegos.

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