Robin
Hood era un hábil arquero que defendía a los pobres, luchaba contra
los altos cargos, que utilizaban la fuerza pública para acaparar
ilegítimamente las riquezas de los nobles que se oponían.
Gracias
a Investigadores del Instituto de Tecnología de California sabemos
que el cerebro tiene un sentido innato de la injusticia.
Las
partes del cerebro que están vinculados a la recompensa responden de
una formas más fuerte cuando la persona que recibe la recompensa
económica es pobre. Esto pasa incluso cuando la persona que observa
es una persona rica.
Que
a los seres humanos no nos guste la desigualdad es algo obvio. John
O'Doherty, coautor del estudio dijo: "Dile a dos personas que
trabajan en lo mismo que sus salarios son diferentes y surgirán
problemas" esto es cierto, lo podemos comprobar actualmente, en
muchos casos una mujer cobra menos que un hombre aunque estos
realicen el mismo trabajo durante el mismo periodo. Pero hasta ahora
no sabíamos de donde procedía ese afán por poner en practica la
justicia. Thomas N. Mitchell, profesor de Neurociencia Cognitiva del
Instituto de Neurociencia explica que en este estudio podemos
comprobar que esto no sólo se trata de una regla social sino que
existe algo sobre el procesamiento de recompensa en el cerebro que
refleja estas consideraciones.
Para
realizar el experimento Mitchell y otros investigadores se ayudaron
de imágenes de resonancia magnética funcional. Estos estudiaban
como respondían las dos áreas del cerebro que procesan las
recompensas en 40 voluntarios a los que se les presentaban diferentes
situaciones de intercambio de dinero.
Los
experimento mostraron que las personas que comenzaban pobres tenían
un reacción cerebral más fuerte y no reaccionaban ante el dinero
que se les daba a las otras personas, Sin embargo, las personas que
empezaban con dinero tenían una reacción cerebral más intensa
cuando los pobres conseguían dinero a cuando ellos lo conseguían.
Los investigadores explican que a los cerebros de los ricos les
gustaba que los pobres consigan dinero.
Esto
demuestra que estás áreas no solo procesan el interés propio sino
que responden a lo que consiguen otros individuos.
Ahora
lo único a lo que debemos aspirar es a poner todo ello en práctica.
Belén
Troyano Gallegos.
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